La radio en el recuerdo: Hora Cero y José Luis Balbín

Le dieron un premio Ondas, fue líder de audiencia, marcaba la opinión en España, y sin embargo es uno de los espacios menos recordados de la radio en España. Hora Cero fue es espacio informativo y de opinión de la extinta Antena 3 radio. 

En su última etapa, -lo dirigieron entre otros, Jesús Hermida-, conducía el espacio José Luis Balbín. Es la época que recuerdo, en torno al año 90-94, y en su tertulia participaba gente como Bieito Rubido, Luis Herrero, Federico Jiménez Losantos, Pablo Sebastián, José Luis Gutiérrez, y un largo etc. Realmente había un dream-team de los tertulianos de derechas de la época. Por así decirlo, era a la radio, lo que ahora es el Gato al agua en televisión.

Pero lo innovador del formato fue precisamente el que la información y la opinión se hiciera a través de una tertulia. Hasta esa fecha lo normal era la información, las noticias puras y duras, y como mucho, llamadas de oyentes. La SER criticó mucho el modelo, recuerdo especialmente a Eduardo Haro Tecglen poniendo en duda un modelo que poco después todo el grupo PRISA adoptó. ¿La razón? Que aquello iba como un tiro.

Porque Hora Cero le había pegado el repaso a Hora 25, y La brújula de Onda Cero ni siquiera existía. En COPE, quitando a Encarna Sánchez, el resto de programas no competían en igualdad de condiciones. Y en RNE estaban en otras batallas. Hora Cero, con José Luis Balbín era en 1991 el programa de referencia de opinión, y sólo la compra de Antena 3 por parte de la SER (ese llamado antenicidio), devolvió años después, -bastantes por cierto-, el liderazgo a los de Gran Vía 32.

Después de 1994, cuando PRISA y Godó cierran definitivamente Antena 3, Hora Cero  quedó ya para la historia. Tuvo un spin off en Radio Voz, que si no me equivoco, se llamaba el Canto del urogallo. Buena parte de los tertulianos le siguieron, e incluso llegó a alargar su duración hasta la 1 de la madrugada, compitiendo con los programas deportivos. Pero esa otra historia que tocaremos otro día en el que la nostalgia vuelva a hacer acto de aparición.